MONSEÑOR LIVIO REGINALDO FISCHIONE
SELLI
OBISPO CAPUCHINO
VICARIO APOSTÓLICO EMÉRITO DE
RIOHACHA
Abril 15 de 1925 – junio 10 de 2009
Su lema Episcopal “COLLIGITE FRAGMENTA, NE PEREANT”
“Recoged
los fragmentos que sobraron, para que nada se pierda”



El 14 octubre de 1988, es erigido el Vicariato Apostólico de Riohacha en Diócesis, lo que conllevó un gran dilema para él debido a los tratados políticos y constitucionales. Este dilema le instaba a abandonar definitivamente su nacionalidad italiana para poder seguir dirigiendo las riendas de la nueva Diócesis de Riohacha. Es así como deja a su siempre amada Guajira y se traslada a Italia donde permanece por año y medio. Allí se entrega casi por completo a realizar un proyecto que desde 1959 lo tenía pendiente, hacer un telar mecánico que imitara el tejido del chinchorro guajiro (único en el mundo), y que reduciría el tiempo utilizado para elaborar un chinchorro manualmente de 3 meses a 8 horas.


Monseñor LIVIO REGINALDO FISCHIONE SELLI, nace el 15 de abril de 1925 en Tornimparte, una región de L’Aquila, Provincia de los Abruzzos (Italia), ubicada a 90 kilómetros de la Eterna Roma. Fue el segundo de los tres hijos de la familia conformada por José Fischione y Angela Selli, de quienes y especialmente de su mamá Angela , le fue inculcada su gran sensibilidad hacia la institución de la unidad familiar, conformándose en una de sus mayores preocupaciones a lo largo de toda su vida sacerdotal y Episcopal. Su vocación nace apoyada por su familia y en especial por un sacerdote tío suyo quién vio en él esa gran capacidad de servicio hacia los más necesitados, vocación que se acentuó al pasar por su pequeño pueblo un fraile capuchino, con quien y siendo apenas un adolescente de 14 años tomó la decisión de irse al convento con la firme convicción de ser Misionero.
La temprana muerte de su padre a causa de una pulmonía, lo deja huérfano cuando apenas contaba nueve años de edad. Sin embargo, su madre se dedica a trabajar para ellos y les inculca que para dar, se da lo mejor. Ya en el Seminario su inteligencia y su capacidad de iniciativa lo convierten en uno de los alumnos más adelantados. En época de vacaciones casi nunca iba a su casa, porque prefería quedarse en el seminario para aprovechar la biblioteca y seguir aprendiendo. Estando en el seminario comenzó la 2ª Guerra Mundial, donde sintió junto con sus compañeros el miedo que causa ver los aviones de guerra bombardeando cerca donde estaban ellos, les tocó abandonar el seminario porque fueron invadidos por los soldados, cuando el seminario fue abandonado por los soldados, ellos regresaron encontrándolo casi invivible por la mugre y el mal olor que se respiraba allí, con ánimo y alegría limpiaron e hicieron lámparas para iluminarse inventadas por él con envases de bombas dejadas por el ejército en ese lugar. Allí empezaría a mostrarse otra de sus facetas que lo distinguirían por el resto de su vida, la inventiva.
Se ordena sacerdote el 19 de febrero de 1950 a la edad de 25 años. El 1º de noviembre de 1951 sale con el primer grupo de Hermanos menores capuchinos Italianos que va para la guajira – Colombia - se embarca en un buque de guerra acomodado para pasajero llamado la Urania II y llega a Venezuela el 22 de noviembre. El 25 de noviembre salen por vía aérea a Barranquilla para luego y también por vía aérea llegan a su destino final La Guajira. Era el 29 de noviembre de 1950.
Ocupó los cargos de Director de los Internados Indígenas de Aremasian y Nazaret, estuvo en Manaure como Párroco y capellán de Salinas Marítimas en 1960, Superior Regular 1962 con sede en Riohacha. Al fallecer Monseñor Eusebio Septimio Mari, su nombre fue postulado para sucederlo y es así como el 12 de diciembre de 1966 es consagrado Obispo del Vicariato Apostólico de Riohacha.
Se ordena sacerdote el 19 de febrero de 1950 a la edad de 25 años. El 1º de noviembre de 1951 sale con el primer grupo de Hermanos menores capuchinos Italianos que va para la guajira – Colombia - se embarca en un buque de guerra acomodado para pasajero llamado la Urania II y llega a Venezuela el 22 de noviembre. El 25 de noviembre salen por vía aérea a Barranquilla para luego y también por vía aérea llegan a su destino final La Guajira. Era el 29 de noviembre de 1950.
Ocupó los cargos de Director de los Internados Indígenas de Aremasian y Nazaret, estuvo en Manaure como Párroco y capellán de Salinas Marítimas en 1960, Superior Regular 1962 con sede en Riohacha. Al fallecer Monseñor Eusebio Septimio Mari, su nombre fue postulado para sucederlo y es así como el 12 de diciembre de 1966 es consagrado Obispo del Vicariato Apostólico de Riohacha.


El 14 octubre de 1988, es erigido el Vicariato Apostólico de Riohacha en Diócesis, lo que conllevó un gran dilema para él debido a los tratados políticos y constitucionales. Este dilema le instaba a abandonar definitivamente su nacionalidad italiana para poder seguir dirigiendo las riendas de la nueva Diócesis de Riohacha. Es así como deja a su siempre amada Guajira y se traslada a Italia donde permanece por año y medio. Allí se entrega casi por completo a realizar un proyecto que desde 1959 lo tenía pendiente, hacer un telar mecánico que imitara el tejido del chinchorro guajiro (único en el mundo), y que reduciría el tiempo utilizado para elaborar un chinchorro manualmente de 3 meses a 8 horas.


Llega a Cartagena el 30 de marzo de 1990 por invitación del Arzobispo de esa época, donde permanece hasta el día de su muerte el 10 de junio de 2009, su cadáver es trasladado el mismo día por vía terrestre a la ciudad de Riohacha llegando al día siguiente en horas de la madrugada. Sepultado en la Catedral Nuestra Señora de los Remedios el día 12 de Junio de 2009.
Resumimos su vida con estas palabras pronunciadas por Monseñor Carlos José Ruiseco, en su Homilía de despedida el día de su funeral. “Su madre Angela y la Orden Capuchina, fueron los dos amores que le orientaron la vida. Por eso al hablar de su personalidad humana es imposible disociarla de su vocación religiosa. El cordón franciscano y el hábito marrón condicionaban cualquiera de las obras que emprendía.
Autoría: Fundación Monseñor Livio Reginaldo
Fischione.